martes, 2 de marzo de 2010

confianzas II

y ahí estoy llorandote de nuevo. Me han privado de tu hermosura, la vida sin ti ya no vale nada.
Hace ya 2 años 3 meses y algunos días y sigo oliendo tu sangre, el me lo ha quitado todo.

Su carro se estrelló contra el mío y solo bastó unas palabras para que él desenfundara su pistola y me amenazara. Nunca pensé que tu cariño fuera tan inmenso como para interponerte entre la bala y tu amor., que dió justo en el corazón.

Cuando tuve tiempo de reaccionar el ya estaba dentro de su carro y a toda marcha, tu vida se esfumó junto con él y desde entonces me he dedicado a buscarle. El tiempo invertido a mi amada ahora es para Él.

Comienzo con trabajos "sencillos" para llegar hacia Él. Distribuyendo drogas en las escuelas de los niños privilegiados, secuestrando esposas de importantes empresarios haciendome pasar por uno de esos que con un buen look consiguen quitarle la sed a las abandonadas adineradas. Consigo al fin la confianza de mis superiores y me asignan varios bares de la ciudad, comienzo a notar que Él es realmente importante.

Al fin subo de nivel y ahora logro tener contacto con Él, me vuelvo poco a poco indispensable, de confianza, su mano derecha. Varios trabajos y en varios momentos mi plabra se ha puesto a prueba, pero nadie sabe que mi amor me alimenta.

Al fin llega el momento, entrega de capital sucio a los de la zona sureste, hacemos la entrega y Él, dos mas y yo nos regresamos contentos y celebrando. Fué fácil deshacerme de los dos, bastó con una ida al baño de la cual no regresaban, le comenté a Él que (ellos) se sentían mal y habían decidido irse a descansar. Al fin se hace tarde y es hora de llevarle a su hogar, lo acompaño como buen compadre a la puerta y sucede lo esperado, me invita a pasar. Su esposa y dos hijos le esperan y la sonriza de mi cara no se puede disimular.

Primero voy al baño, me provoco el vómito para intentar liberar toda sustancia alcoholica previamente ingerida. Un poco de polvo blanco para despertarme y después gotas en los ojos.
Al regresar del baño y sin pensarlo dos veces, desenfundo mi pistola. El primero fué el más fácil, el mas pequeño. La segunda (la hija) alcanzó a morderme pero una bala lo puede todo.

Acto seguido logré imposibilitarlo, una bala en la pierna y una navaja a través del sagrado ligamento bien conocido como el talón de aquiles. Ahora su esposa, que grato, que despacio. Primero y lentamente deslizo mi navaja hacia su pulmón izquierdo, acto seguido un pequeño beso recordando a mi amada, finalizo con su cuello donde brota en demasía su caliente supervivencia.

Al final queda Él, inmóvil, derrotado. El detalle ya no importa simplente termina muerto y sin ojos. Me siento en el suelo con mis manos ensagrentadas y espero a que termine el excelente disco de Led Zepeling tocando al fondo.

Camino hacia el vehículo y algo esta mal. Después de haber tomado venganza, mi corazón sigue destrozado. Es obvio que no esperaba recuperarla, pero deseaba apagar mi dolor mi amargura y ahora solo tengo al demonio dentro de mi, me lo he ganado; tanto mal y no supe perdonar, la sed nunca se quitará y seguro estoy que los condenados me esperan en su eternidad.

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