viernes, 10 de mayo de 2013

Tiempo para reír, tiempo para llorar y tiempo para ambos...


Admiro mucho a las personas mayores que a pesar de su sabiduría, experiencia y vivencias son capaces de sonreír honestamente.  Ese esfuerzo es una proeza respetable y no por que la vida sea triste o negativa si no por que esta llena de aprendizaje, despedidas y bienvenidas donde uno tiene que superar y aceptar todo lo guardado para poder dar una franca y simple sonrisa.

Espero y le pido a mis aliadas del mas allá que me la cuiden, la protejan y la guíen para que siempre pueda  sonreír y me acompañe con su consejo siempre útil y su cariño infinito. Solo ellas saben lo que es tener y dejar su legado y es por ello que confío en que ella estará bajo su resguardo.

Qué seríamos sin esa fuente de fuerza constante, apoyo y ánimo continuo para superarse a uno mismo y ser personas de provecho y justas? En el mundo donde cabría la bondad y el perdón?

Las arrugas no son otra cosa mas que las cicatrices de la vida que con las cuales uno aprende a vivir y acepta proseguir.




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